La ineptitud y mediocridad dirigencial del fútbol boliviano.

 La ineptitud y mediocridad dirigencial del fútbol boliviano

Es una pena tanta dejadez, improvisación y mediocridad la que abunda en la dirigencia del fútbol nacional, en todos los niveles, ya sea en la, FBF, LFPB, ANF, FABOL, etc. ,  muchas de estas organizaciones burocráticas no sirven en absoluto para nada mas que para devaluar, malear, pervertir y perjudicar el verdadero desarrollo del deporte pasión de multitudes en nuestro país, el Fútbol.

Uno de tantos dislates dirigenciales es el actual campeonato Nacional B, que se ha convertido en una chacota más de la dirigencia del fútbol, un torneo mediocre donde todo es pura improvisación y se lo maneja “parchando” en el camino todo tipo de falencias o metidas de pata de los mismos dirigentes del fútbol nacional.

El Nacional B es un torneo esteril que de inicio no se basa en un reglamento pre establecido y ni siquiera cuenta con un “fixture” de estricto cumplimiento, puesto que ha sido improvisado y compuesto entre gallos y media noche, por dirigentes ineptos o mediocres que pareciera que lo han confeccionado en  jarana de fin de semana, en un burdel de mala muerte al calor de unos fuertes tragos espirituosos, sin siquiera tomarse el tiempo de proyectar un estudio previo de factibilidad que asegure por lo menos un mediano éxito a los clubes participantes y a los mismos organizadores y/o auspiciadores de este magro torneo.

Entonces desde la dirigencia del fútbol se va ejercitando e imponiendo todo tipo de restricciones, arreglos y cambios del “seudo reglamento” a medida que el torneo deficitario va avanzando, a paso de tortuga y hasta para colmo de males se lo paraliza por un mes arguyendo justificativos tontos ("el país vive convulcionado y bloqueado"), como si la estupidez fuera generalizada en el país y en la afición futbolera.

En definitiva, este torneo Nacional B es un verdadero fiasco, por no decir un total desastre que va a llevar al descalabro económico y financiero de los clubes participantes, porque de hecho, ya ha perdido todo el interés del aficionado al fútbol y de los exiguos auspiciadores.